La ‘madrugá’ más agria (2-2)

El gol del Elche llega con tiempo cumplido

El gol del Elche llega con tiempo cumplido

Alrededor del fútbol existen muchos ‘entrenadores’ que analizan el juego, los cambios y la estrategia en función de una sola variable: el resultado. Por eso de repente guapos y tan pronto feos. Héroes o villanos. Grandes o pequeños. Blanco impoluto o negro rotundo. Ni rastro de matices. Si la Unión Deportiva Almería gana (2-1) al Elche C.F. de la misma forma en la que empató (2-2) todo sería radicalmente contrario. Un gol en fuera de juego y con el tiempo cumplido no puede transformar el mensaje. Seamos realistas: en el minuto 94 todos esos ‘entrenadores’ tenían preparado el siguiente tuit: «Por fin hemos aprendido. Ya era hora de saber sufrir y guardar el resultado. Tres puntos de ilusión». Diez segundos y dos errores garrafales del árbitro después  lo borraron y publicaron el «No hay derecho. Bajamos fijo». Sin opiniones y críticas el fútbol estaría muerto pero sin extremos estaría más vivo. 

Afortunadamente el sentido común impera en un gran número de aficionados rojiblancos que parten de varias premisas que le hacen tener los pies en el suelo. Son los que saben que el presupuesto de este equipo es, de largo, el más bajo de la categoría. Son los que tienen más en cuenta el peso del sudor en la camiseta -su camiseta- que la brillantez de una gambeta o la belleza de un gol. Ellos quieren ganar como el que más pero valoran un empate (Getafe y Elche) o una derrota (Villarreal) cuando no se produce a cualquier precio, cuando se produce por un cúmulo de circunstancias que imperiosamente deben aparecer en el titular del análisis. Lo cual, como es lógico, no quiere decir que no puedan discrepar con una alineación, con un cambio o con una jugada. Faltaría más. La gran diferencia respecto a otro tipo de aficionados es que ante la duda, siempre la UDA. Curiosamente estos aficionados son los que han subido al equipo a Primera División y saben lo difícil de aquella empresa y lo exquisito de esta recompensa.

Es cierto que la mano de Dubarbier era tan evitable como la segunda cartulina amarilla que le cuesta la expulsión y, por ende, el cambio radical de un partido controlado. Tan cierto como los méritos que este lateral argentino lleva acumulando en tan solo tres partidos. A Rafita lo lapidaron en la plaza pública por el penalti en Getafe pero, días después, no se destaca otro pase de gol en la BBVA (segundo en tres partidos por parte de un lateral). Aquellas críticas despiadadas no han sido ponderadas con su gran actuación en el partido ante el Elche. No es justo ni lo de Rafita ni tampoco lo de Dubarbier.

Ni tengo la verdad absoluta ni me esfuerzo en convencer a nadie. Tan solo participo del debate con mis tímidos argumentos. Nueve de cada diez partidos de fútbol -y más en Primera- hubieran finalizado en ese último saque de falta de Esteban en el que el tiempo estaba cumplido; una falta por cierto que provoca magistralmente Kiu (por las críticas que ha recibido este cambio) y que ahí debió acabar la película. Después, en un cúmulo de despropósitos arbitrales y con una fortuna envidiada del rival, todo cambia. Del sí al no en un transcurso de apenas diez segundos.

La Unión Deportiva Almería no es ni el equipo perfecto ni mucho menos el más imperfecto. La única realidad es que en estos tres primeros partidos el equipo se ha partido la cara, lo ha intentado y lo ha merecido más que nadie. La única realidad es que siempre ha llevado la iniciativa y ha propuesto una filosofía sobre el verde. La única realidad es que esta categoría no le queda grande. La única realidad, también, es que hay que ganar lo antes posible para evitar malas dinámicas porque la competición va de sumar más que el rival. La única realidad es que hay que «ser más cabrones» durante el partido (frase de Verza) y aprender cuanto antes las otras reglas del juego.

Y todo esto son muchas más realidades que el blanco y el negro, que el sí o el no o el 2-1 o el 2-2. Seguramente sería más sencillo escribirlo con nueve puntos de nueve posibles en el casillero y, por eso, lo haré con dos puntos sumados. Estoy orgulloso de ver a la Unión Deportiva Almería jugar en Primera División. Ahora solo falta que también esté contento por verla ganar.

Reducir el empate de ayer a la pura mala suerte de una acción muy concreta del partido me sabe a poco; pero es que tampoco encuentro otra explicación tras vivir en directo el partido y verlo ya dos veces por la TV. ¿Quién me asegura que si los cambios hubieran sido otros al resultado sería distinto? ¿Quién pone la mano en el fuego que si la última acción se lanza más lejos no hubiera ocurrido nada más? Si supiéramos que al pasar por dicha calle nos tropezaríamos, la evitaríamos. Pero las bolas de cristal no existen. La realidad es la que es. Y tenemos que aceptarla para bien y para mal.

Un pensamiento en “La ‘madrugá’ más agria (2-2)

  1. Ante todo, agradecerte toda la labor que haces, tanto en radio como por Twitter por acercarnos aún más a toda la actualidad rojiblanca.

    Ahora bien, creo que tienes bastante razón en lo referente al partido de ayer, pero como dijese Tony Fernández (cadena SER), de sensaciones no se vive. Espero poder explicarme perfectamente. Nuestro Almería está haciendo, por ahora, en lo referente a juego, una temporada sobresaliente: sabe a lo que juega y lo hace muy bien. Sin embargo, siempre sucede algo. Siempre. El día del Villarreal, en mi opinión, los jugadores dieron todo lo que tenían, pero Francisco no se acordó de los cambios, como si que lo hizo Marcelino. En Getafe… Bueno, de Getafe hay poco que decir, lo hicimos todo menos ganar. Hay días que la suerte no está de nuestro lado. Y, ahora, contra el Elche, existen varios factores a tener en cuenta, entre ellos destaca la expulsión de Dubarbier, los cambios, la falta final y, cómo no, el árbitro (lamentable).

    Creo que lo que se está diciendo de Dubarbier es exagerado e irracional. Un jugador recién llegado, que se deja todo en el campo, que sube la banda y que después tiene que bajarla, ojo, no merece este lapidamiento colectivo que se le está haciendo.

    El tema de los cambios en el último partido, en mi opinión, es (por mucho que quieras defenderlo, Carlos) un error. No podemos estar jugando con Trujillo de lateral y que Verza haga de central. Me parece un error. Un error garrafal, sobre todo porque tenemos a la «Roca» Christian en el equipo. Un jugador muy profesional. Si Verza pasa a ser central, perdemos todo el centro del campo, cuyo dominio es fundamental a la hora de jugar. Dominar el centro del campo es tener el partido. El centro del campo es esa zona neutral que hayq ue tener siempre en posesión.

    Bueno, del árbitro no voy a hablar, creo que no merece la pena. Todos lo vimos.

    Saludos.

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