Ya pasó no hace demasiado tiempo (expulsión express de Christian ante el Levante) y me sorprendió leer los palos al lateral. La historia vuelve a repetirse (repetición del lanzamiento de penalti ante Espanyol) y, otra vez, me vuelve a sorprender. Y no me refiero exactamente al ‘error’ arbitral sino al terremoto de lapidaciones que surgen tras la decisión del colegiado. Carlos Del Cerro Grande expulsa a Francisco tras una inmoralidad del rival, se excede con la repeteción del penal y cuaja un partido desastroso para los intereses rojiblancos y, a la postre, el enemigo público número uno y el centro de todas las críticas posibles es automáticamente Óscar Díaz.
No es que se tuviera que repetir por dos veces el lanzamiento de Verza desde los once metros en el penalti provocado por Suso, es que debió de repetirse como mínimo tres. Tan cierto es que los árbitros están en su pleno derecho de aplicar con exactitud el reglamento de este juego llamado fútbol, como que es una sinvergonzería ponerse exacto en una jugada e informal en otra durante un mismo partido. Si Del Cerro Grande decretó repetición del lanzamiento desde la línea de los once metros porque Óscar Díaz pisó área antes de que Verza disparase, con el mismo criterio debió mandar repetir de nuevo el lanzamiento porque Casilla pisa más allá de la línea de gol antes de que ‘La Brújula’ lanzase. O exactos o permisivos. O tajantes o interpretativos. O una cosa o la otra.
Es absolutamente legal que el colegiado mandara repetir el penalti porque el compañero de Verza está adelantado (lo indica el reglamento); pero Óscar Díaz en ningún caso hubiera obtenido la ventaja de adelantarse a los defensas a la jugada porque la jugada acaba con el balón dentro de la portería -no hay rechace-; igual de legal que hubiera sido mandar repetir el segundo lanzamiento -el que falla- porque Casilla da un paso al frente antes de que la pelota esté en juego (lo indica el reglamento).
De ahí el perjuicio al equipo de siempre, a la Unión Deportiva Almería, con el que parece sencillo aplicar la normal sin miramientos ni interpretaciones. Los hombres de amarillo continúan visitando los Juegos Mediterráneos pitando lo que en otros estadios no son capaces de pitar, viendo lo que en otros campos no son capaces de ver y perjudicando a un equipo que, además de contra sí mismo y contra el rival tiene que luchar contra doce.
PD: En esa imagen que ha corrido como la pólvora por las Redes Sociales se ve la posición adelantada de Óscar Díaz; pero nadie indica que ahí el delantero del Almería está absolutamente parado porque trata de rectificar. Nadie saca al portero en esa jugada en la que ya está adelantado. El reglamento señala que si uno invade el área -Díaz- y otro se adelanta a la línea de gol -Casilla- y el balón acaba dentro no hay que repetir nada. Al igual que, en las Redes, no ha corrido tanto como la pólvora la acción de la repetición del penalti mediante la cual, se ve, cómo el árbitro debería de haber seguido su rectitud y mandarlo repetir por tercera vez. Pero eso ya era demasiada exactitud para un equipo como el Almería…
Trinchera Rojiblanca 